Monday, June 18, 2007

Como se hizo "La Mala Educación"


Comentarios del director y guionista Pedro Almodóvar

«Tenía que hacer “La mala educación”, tenía que quitármela de encima, antes de que se convirtiera en una obsesión. Había manoseado el guión durante más de 10 años, y podía seguir así una década más. Por la cantidad de posibles combinaciones, la trama de “La mala educación” sólo se termina de escribir cuando la película ya está rodada, montada y mezclada.

La mala educación” es una película muy íntima, pero no exactamente autobiográfica, quiero decir que no cuento mi vida en el colegio ni mi aprendizaje durante los primeros años de la “movida”, aunque éstas sean las dos épocas en que se desarrolla la trama (el 64 y el 80, con un intervalo en el 77).Por supuesto, mis recuerdos han sido importantes a la hora de escribir el guión, al fin y al cabo he vivido en los escenarios y en las épocas en que transcurre la misma.“La mala educación” no es un ajuste de cuentas con los curas que me maleducaron, ni con el clero en general. Si hubiera necesitado vengarme no habría esperado cuarenta años para hacerlo. La iglesia no me interesa, ni como adversario.
La película tampoco supone una reflexión sobre la movida madrileña de principios de los ochenta, aunque gran parte transcurra en el Madrid de esa época. Lo que me interesa de ese momento histórico es la borrachera de libertad que vivía España, en oposición al oscurantismo y la represión de los años 60. Los primeros ochenta son, por ello, el marco ideal para que los protagonistas, ya adultos, sean dueños de sus destinos, de sus cuerpos y de sus deseos.
La película no es una comedia, aunque haya humor (todo el personaje de Javier Cámara), ni un musical infantil, aunque haya niños que canten. Es un film noir, o al menos así me gusta considerarlo.»

FUNDIDO A NEGRO

«Negras son las sotanas de los curas, negras las noches del dormitorio común de los alumnos, negros los destinos de los personajes y “noir” el género al que pertenece la historia que se cuenta en LME. Negro, en francés, para hacer justicia al país que rescató el género, definió sus señas de identidad, y estimuló su desarrollo como género mayor.
El noir (como casi todos los géneros nobles) admite bien el mestizaje con otros géneros, siempre que la narración respire ese aliento fatal sin el que el negro sería gris. El género negro se mezcla bien con el melodrama en su versión más dura (“Leave her to heaven”, de John M.Stahl, “Mildred Pearce” de Michael Curtiz), con el romanticismo más desesperado (“Laura” de Preminger, ”La Sirena del Mississipi” de Truffaut, ”Retorno al pasado” de Jacques Tourneur, etc.) la critica social (Dashiell Hammett, Raymond Chandler, James Ellroy, Vázquez Montalbán), o el terror-sin-bichos, es decir el que procede directamente del corazón humano (“Deseos Humanos”, en sus dos versiones, Fritz Lang, siempre que hace este género, “Fallen Angel”, y “Angel face” ambas de Preminger, etc.) o la melancolía de los violentos, si a esta característica se le asignara un género (Nicholas Ray: “In a lonely place” y “On dangerous ground”). El género negro se mezcla bien incluso con el western, esa es la mayor contribución de Clint Eastwood como director (“Sin perdón”, es realmente un thriller y “Mystic River” un western).

En el “noir” puede no haber policías, ni pistolas, ni siquiera violencia física, pero debe haber mentiras y fatalidad, cualidades que normalmente encarna una mujer: la mujer fatal. La femme fatal (no es imprescindible en el género, pero sí es uno de sus grandes iconos) es una mujer consciente de su poder de seducción, hipotensa, por lo cual no se altera fácilmente, que ha perdido los escrúpulos y no siente interés por recuperarlos. Para ella el sexo no es fuente de placer, sino de dolor para los demás. En “La mala educación” le femme fatal es un enfant terrible, el personaje interpretado por Gael García Bernal, que sigue al pie de la letra los ejemplos de Barbara Stanwyck, Jane Greer, Jean Simmons (Angel Face), Joan Bennett (Scarlet Street), Ann Dvorak, Mary Windsor, Lisabeth Scott, Veronica Lake y tantas otras maldiciones en forma de mujer.»

EL CINE COMO REFUGIO Y COMO ESPEJO

«Me gusta pensar que las salas de cine son un buen refugio para asesinos y solitarios. También me gusta considerar que la pantalla es un espejo del futuro. Juan y el Sr. Berenguer (Gael G. Bernal y Lluis Homar) entran en un cine para matar el tiempo, después de haber matado a alguien. La tarde se ennegrece por tres razones: el cielo amenaza tormenta y el cine donde recalan los dos personajes proyecta dos joyas del noir francés, “La bête humaine” (Renoir) y “Thérèse Raquin” (Marcel Carné), ambas basadas en novelas de Zola. Las dos películas entrañan situaciones parecidas a la de la pareja de hombres que las están viendo, en espera de que caiga la noche mediterránea. Al salir de la sala, el Sr. Berenguer se queja desolado: “Es como si todas las películas hablaran de nosotros”. (La gran pantalla como espejo de los espectadores).
Hay otra secuencia en que ficción y realidad se encuentran frente a frente, como el espectador y la pantalla de cine. Cuando el Sr. Berenguer visita el rodaje de Enrique Goded. Frente a la cámara se halla el P. Manolo, o sea, el Sr. Berenguer antes de abandonar los hábitos, en la película escrita por un alumno suyo (Ignacio) y dirigida por otro (Enrique). El Sr. Berenguer puede contemplar su pasado, narrado y deformado por los dos alumnos que tiempo atrás fueron sus víctimas.
La narración se refleja a sí misma y se articula a base de distintas visitas, incluso la escena que los dos niños ven en el cine también es una visita, a un convento (Sara Montiel después de vivir un destino inenarrable en “Esa mujer” vuelve al convento donde tomó los hábitos). Desdoblamiento, duplicidad y espejos que multiplican y deforman lo que ven. Enrique Goded decide llevar al cine el relato que ha escrito su amigo Ignacio, lo cual triplica las versiones que vemos de la misma historia: la historia “real”, la narrada por Ignacio en su relato, inspirada y delirada a partir de la real, y la que Enrique adapta del relato y visualiza en forma de película.
“La mala educación” es la historia de un triángulo triplicado (los dos alumnos y el director del colegio), historias múltiples que como muñecas rusas se esconden unas dentro de otras y que en realidad son una sola.»

Tomado de La Butaca

La Mala Lengua


Este plato se encuentra frecuentemente montado en alguna pared de la casa de los santeros en Cuba y esta diseñada para protección de los chismes, habladurías y espías.
This plate is frequently found mounted on the wall in the houses of santeros in Cuba and is designed for protection from gossipers and spies.