Tuesday, July 31, 2007

La Mala Leche

No hay leche mala, como mucho hay leche mal tratada o leche que no entra por donde debiera y atraganta al personal, pero más o menos todas las vacas dan la misma materia prima. La aclaración viene de perlas para calmar algunos ánimos soliviantados tras la sesión de investidura del diputado general. Leche sólo había una y se la bebió sorbo a sorbo durante el pleno el candidato que resultó elegido. Por ello, la mala leche -o los malos humos, que estos sí que son todos pésimos- pertenece al terreno de cada uno y o se traía de casa o se aguó según iban cayendo jarros de agua durante el pleno de Juntas. Los profesionales que levantan cada día la bandera de este periódico no son culpables de nada. Ni de ser capaces de desentrañar el nudo gordiano de la madeja en la que se había convertido la elección de diputado general ni de que algunos agentes activos en la negociación consideren que este diario es un referente en la provincia y deseen que su voz se lea a través de sus páginas. El oído atento, la vista perspicaz y el cerebro ágil son las principales herramientas de los periodistas y, afortunadamente, en esta redacción estamos sobrados. Cuando se va detrás de una noticia, a veces se encuentra, y si ha supuesto sudar más tinta de la utilizada para imprimirla pica y mucho que alguien sugiera que ese esfuerzo ha ido destinado a favorecer una opción respecto a otra. Cuando la información equivale a la verdad lo que hay que hacer es quitarse el sombrero con elegancia y felicitar al informador. La mala leche, ni en casa.

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